¿Adiós
o hasta pronto?
No es habitual tener la posibilidad de comentar un
musical que se estrena por primera vez y menos que su estreno mundial tenga
lugar en España. Es el caso de “El último jinete”, una producción que hemos
conocido antes en Madrid, teniendo previsto a posteriori su representación en
Londres.
Desde el comienzo se nota que hay una gran inversión en este proyecto. Los decorados, vestuario y efectos son llamativos y están muy cuidados; entre ellos, uno de los más espectaculares es el holograma del caballo. Las canciones también son buenas, mezclan varios estilos predominando el pop. Diría que quizás le falta algo de influencia árabe que nos trasporte al desierto, pero en general están bien.
Desde el comienzo se nota que hay una gran inversión en este proyecto. Los decorados, vestuario y efectos son llamativos y están muy cuidados; entre ellos, uno de los más espectaculares es el holograma del caballo. Las canciones también son buenas, mezclan varios estilos predominando el pop. Diría que quizás le falta algo de influencia árabe que nos trasporte al desierto, pero en general están bien.
Sin embargo al
espectáculo le falta algo, no llega a enganchar y a emocionar del todo. Ese
algo es el guión, la historia tiene potencial, pero la sucesión de escenas y de
la trama se hace pesada e infantil, especialmente en el primer acto.
Estamos ante una historia de aventuras, tal vez no muy
habituales en este género y con mucha fantasía. Por momentos y en diversos
aspectos nos recuerda a Aladín, Indiana Jones, Joseph and the Amazing
Technicolor Dreamcoat, Wicked…
La obra está conducida por la maestra de ceremonias,
Marta Ribera que guía al protagonista, Miquel Fernández (Tirad) en su búsqueda
de un caballo. La primera mitad de la función tiene lugar en el desierto, donde no transcurren grandes cosas y se hace demasiado larga. Además aparecen
los personajes de la Langosta y el
Camello que, a pesar de estar bien interpretados por Elena Medina y Toni Viñals,
resultan algo insustanciales.
De esta primera parte destacaría la canción “Vuelve a soñar”.
No es hasta el final del
primer acto cuando aparece Julia Möller (Lady Laura). Además de ser una
estupenda artista, con su personaje la obra empieza a mejorar. También llega Guido Balzaretti (Jimmy), más maduro en su interpretación que en los tiempos de
“Los Miserables”.
Ya en el segundo acto las cosas comienzan a cambiar a
mejor, la acción toma ritmo, se enriquece la trama y tienen lugar los mejores
números musicales. Entre ellos están el sorprendente y genial “El mundo en la
pared”, “Indomable” un tango con Lady Laura y varios jinetes, “No necesita más” (el solo de la protagonista) y “Se va”, el dúo de Tirad y Jimmy.
Lo mejor del show es la puesta en escena, bonita y
espectacular y las maravillosas interpretaciones de los actores que demuestran gran
talento y profesionalidad.
Un detalle que me gustaría resaltar es la interpretación
del caballo a cargo de dos bailarines, me pareció muy sutil y elegante.
Diría que se trata de un espectáculo con potencial para llegar a ser un musical muy interesante, pero para ello debe llevar a cabo algunos cambios importantes, básicamente en el guión. Tras esta puesta en marcha del espectáculo en Madrid, me pregunto si llegará a estrenarse en Londres y si, en caso de hacerlo alcanzará el éxito.
Diría que se trata de un espectáculo con potencial para llegar a ser un musical muy interesante, pero para ello debe llevar a cabo algunos cambios importantes, básicamente en el guión. Tras esta puesta en marcha del espectáculo en Madrid, me pregunto si llegará a estrenarse en Londres y si, en caso de hacerlo alcanzará el éxito.