Matilda, el musical
fue la gran triunfadora de los Olivier Awards y los Tony en 2012 y 2013 respectivamente y,
después de haberlo visto el pasado mes de agosto en el West End, puedo decir
que entiendo perfectamente este éxito.
Un espectáculo redondo: empezando por la historia, basada en
la novela de Roal Dahl, emotiva a la vez que divertida, con canciones
pegadizas, buenas coreografías, una escenografía muy creativa y un reparto a la
altura.
El ambiente escolar invade por completo el Cambridge Theatre
de Londres para introducirnos en el mundo de la pequeña Matilda. Al
encontrarnos frente al escenario tenemos el primer indicio de que la
escenografía e iluminación serán muy cuidadas. Siendo relativamente austera
consigue recrear todos los escenarios perfectamente, algunos de ellos con una magia especial, como el de la
historia que narra la niña.
Además, el show cuenta con varios números en los que el
conjunto de escenografía, las cuidadas coreografías y el trabajo de los
actores dejan al espectador con la boca abierta.
Fotografía: Blog Stage Door |
Como he mencionado antes, uno de los aspectos que destacaría
del musical es el reparto. En una obra en la que buena parte del peso recae
sobre los niños y, especialmente sobre la jovencísima protagonista, todos
cumplen con su papel a la perfección con una gran profesionalidad. Aparte de
Matilda (Lottie Sicilia), también me gustaría resaltar el personaje de Bruce (William
Price), totalmente genial.
Por supuesto, también los adultos: el divertido Sr.
Wormwood y su bailarina mujer, la dulce señorita Honey y la señora Trunchbull
interpretado brillantemente por Alex Gaumond.
En cuanto a los números musicales, desde mi punto de vista, los
mejores son los corales especialmente “Miracle”, “School Song”, “When i grow up”,”
The smell of rebellion” y “Revolting children”.
Un espectáculo divertido y tierno que está a la altura de
los mejores musicales del panorama actual.
Sobresaliente.
Alicia Moreno Saldaña