miércoles, 5 de junio de 2013

¿Hacemos un trío? Algo más que un cabaret

MÉNAGE À TROIS MUSICAL


Hace dos semanas vi por primera vez “¿Hacemos un trío?, algo más que un cabaret”, y a la semana siguiente tuve que volver… Hoy, dos semanas después, por fin decido ponerme a escribir sobre lo que fue esa experiencia.
Si bien es cierto que es más fácil escribir sobre un espectáculo nada más verlo por aquello de que lo tienes todavía muy vivo, yo soy más bien de crónica reposada, es decir, necesito mi tiempo de asimilación. Si transcurridos unos días, puedo seguir escribiendo con la misma pasión y el mismo entusiasmo que si lo hubiera hecho al día siguiente, eso significa que lo que vi mereció la pena.
Y aquí estoy, una semana después escribiendo esta crónica.
En principio voy a confesar que mi motivación principal para ver este espectáculo no era ni
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más ni menos que volver a ver y escuchar  a Natalia Millán. Lo confieso: Tengo verdadera pasión por el talento que despliega esta mujer sobre un escenario. Da igual que esté sola o acompañada, cantando o declamando, siempre es una locura.


Fotografía: Javier Naval
La segunda motivación era sin duda alguna que se trataba de una propuesta musical. Habiendo visto propuestas anteriores del tándem Zenón Recalde – César Belda, sabía que lo que vería tendría un repertorio musical a la altura de los más entendidos y un guión ligero y lleno de humor.
Si a ese tándem añadimos la elegancia de Natalia Millán, el desparpajo de Marta Valverde y el estilo de Alberto Vázquez, tenemos ante nosotros, más de hora y media de emociones, risas y buenas interpretaciones.
Eso es ni más ni menos “¿Hacemos un trío?”, una excusa para pasarlo bien y descubrir  anécdotas de estos intérpretes que llevan y cito: “x años y pico” en esta profesión.
A pesar de haber visto a Natalia muchas veces sobre un escenario, ésta es la primera en que no interpreta un papel. Aquí es Natalia Millán, como ellos bien dicen “desnudándose emocionalmente” (físicamente acaban con poca ropa pero por un tema puramente artístico, ya que un Hot Honey Rag interpretado con mucha ropa pierde parte de su atractivo). No estoy haciendo ningún descubrimiento a nadie si digo que Natalia es la perfecta combinación de actriz, bailarina y cantante. Presencia escénica que te inunda un patio de butacas de dos mil espectadores o una pequeña sala en la que la tienes a escasos centímetros. En ambos casos, su cercanía, elegancia, y talento desbordan y abruman desde la primera hasta la última fila.

Marta, es un torbellino, un auténtico volcán en erupción. La más espontánea y la que es capaz de interactuar con el público de manera natural y generando un buen rollo y una cercanía que te dan ganas de saltar a abrazarla cuando se emociona al cantar, entre otras, “Alfonsina y el Mar” en recuerdo a su madre.
No sé porqué me da la sensación de que a Marta le da igual estar en el escenario del Lope de Vega, en una sala del Nuevo Teatro Alcalá o en el salón de su casa. Es siempre una artista con una energía que desborda y tremendamente espontánea. Sus interacciones con su familia, que estuvieron en ambas representaciones (anda, como yo…), te hacen sentir parte de esas historias que está contando, es casi como estar en un bar hablando de la vida misma. En definitiva, un lujo poder participar de esa sensación de familia. Debe ser que como empezó con catorce años en El Diluvio Que Viene, (si después de ver el espectáculo, los comienzos de Marta no le quedan claros al público, no será por falta de insistencia en repetirlo en cada oportunidad que tiene), pues está más que acostumbrada.

Alberto, ese hombre que casi se da por vencido en el mundo del espectáculo. ¡Qué locura! Alguien a quien ves que disfruta sobre un escenario y que es capaz de presentarse a una audición (ahora somos más guays y lo llamamos casting) de Mamma Mia! con una canción de Serrat. Yo también le habría dado el papel…
Se le ve cómodo en el escenario y se hace su hueco entre estas dos mujeres con cada una de las interpretaciones de su repertorio, ya sea de Mamma Mia! o de esa canción de Serrat que le dio el papel que le devolvió la esperanza en el mundo del espectáculo.



Fotografía: Javier Naval

He sido capaz de ensalzar a estos tres artistas sin apenas hacer mención del repertorio musical con el que nos deleitan, lo que lleva a la conclusión de que me podrían cantar Paquito el Chocolatero y yo seguiría igual de entusiasmada, pero no. Las canciones que interpretan están muy bien escogidas, el espectáculo se desarrolla alternando momentos emotivos de cada uno de ellos, con anécdotas que hacen que el público ría e interrumpa la narración con aplausos.

Para mí el zenit musical llega con Sondheim, cuando Natalia te desgarra con un “Losing My Mind” que no te permite contener las lágrimas, lo continúa Marta con “Send in the Clowns” y lo remata Alberto con “Not While I’m Around”. Todo esto con unos arreglos musicales de César Belda (Maestro con mayúscula), que permiten cánones imposibles entre ellos, combinando las tres canciones, con un magnífico juego de luces que realzan la intensidad del momento y dejándome a mí en particular, con la sensación de que sólo por ese instante mágico, ha merecido la pena estar ahí.

En este momento debo agradecer a mi compañera de fatigas musicales que me identificara las canciones porque aunque mi profesora de canto dice que tengo buen oído musical (no seré yo quien le lleve la contraria…), yo me considero de oído lento, es decir, sé que canciones son y soy capaz de repetir la melodía pero me cuesta ubicarlas. Así que, como dice nuestro trío en la canción de “Friendship” del musical Anything Goes (otro aplauso para ese repertorio musical), qué importante es tener siempre un amigo cerca.
Me resulta difícil seguir destacando momentos dentro de esta hora y media de espectáculo porque el nivel de toda la representación es muy alto y muy equilibrado.
Sólo puedo decir que el público interrumpe más de una vez con aplausos espontáneos momentos como la retransmisión radiofónica o da palmas al ritmo de la canción insignia del musical Cabaret.

A mí me han conquistado y ratifico que merece la pena. Más allá de que nos gusten los musicales o no, más allá de que conozcamos las anécdotas que nos cuentan, se trata de una oportunidad única para disfrutar de estos artistas tal y como son. Ellos, sin artificio ni personajes que encubran sus debilidades y miedos. Para mí, esa ya es razón suficiente para ir al Nuevo Teatro Alcalá.

Fotografía: Javier Naval
Los días 5 y 6 de julio repiten. Yo también iré, y he tomado la precaución de no cogerme primera fila, porque entre la espontaneidad de Marta y que a mí se me van los pies y las manos con la coreografía del Hot Honey Rag, por el bien de los asistentes, he puesto un par de filas de por medio.
Tal y como está el panorama teatral en España agradezco que estos profesionales hayan decidido lanzarse y autoproducirse y nos regalen esta gran propuesta que demuestra que no se necesita una gran escenografía ni grandes súper producciones para transmitir un mensaje. Aquí son tres actores y un piano magistralmente aprovechado por un gran director musical. No hace falta más.
Y ya sólo me queda dar las gracias a Bob Fosse por la película All That Jazz que inspiró el camino profesional de Natalia, a la familia de Marta por inculcarle desde pequeña el amor por el teatro y a Angels Jiménez por decirle a Alberto, “están buscando a los protagonistas de Mamma Mia!”

It’s showtime, folks!

I.M.C

5 comentarios:

  1. Respuestas
    1. ¡Gracias a ti por leer y comentar, y sobretodo por el show! :)

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  2. Qué pasada de crítica. Me ha encantado! El sábado 6 de julio viviré en 1ª persona todo eso que cuentas, y espero salir tan maravillada como tú. Bueno, no lo espero, se que va a ser así, porque no puede ser de otra forma con este fantástico trío de ases! Marta, Alberto y Natalia, qué ganas de veros en accion! César, qué ganas de verte tocar en directo, porque por lo que he leído por ahí, eres todo un maquina!

    31 días!!! :))

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    1. ¡Muchas gracias a ti por tu entusiasmo y tu participación tanto aquí como en twitter! Esperamos poder compartir impresiones contigo después de que lo veas ;)

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  3. Por supuesto! Encantada, es un placer participar con vosotros :-)
    Saludos!

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